Aliviaderos: presentes en la historia
Para manipular cuerpos de agua disponemos de una serie de acciones que nos resultan fáciles de hacer e intuitivas de entender. Así, transportarla en una superficie plana es posible con baldes o tuberías; si queremos que corra cuesta abajo es sencillo, solo permitimos que siga su tendencia natural; sin embargo, de no conocer la existencia de los aliviaderos helicoidales ni el tornillo de Arquímedes, subirla constituiría un esfuerzo retador de gran magnitud.
Se denomina máquina a una agrupación de piezas, fijas y móviles, cuya acción en equipo transforma, controla o dirige la energía suministrada para alcanzar un objetivo determinado. Muchos de los principios de construcción se descubrieron en la antigüedad, lo cual se demuestra por la presencia de naciones que se convirtieron en imperios o significativas potencias, gracias a haber resuelto problemas básicos aunque trascendentales.
Por ejemplo, desarrollar una metrópolis en una colina, en excelente posición para defenderse de ataques enemigos, pero con el río corriendo al pie de ésta o tener la necesidad de mantener irrigado un sembradío localizado en un terreno más elevado que el nivel de la corriente de agua cercana. Estos retos y otros relacionados se resolvieron con ingenio y maquinarias.
La función del aliviadero
Entre las soluciones encontramos el aliviadero. Mecanismo que provee de un espacio móvil cerrado, y permite elevar líquidos y pequeños sólidos disueltos, como cereales o tierra. Su diseño es un tornillo que da vueltas dentro de un cilindro ahuecado con un cierto ángulo de inclinación; o una estructura completa, núcleo y cáscara, que gira simultáneamente, consiguiendo el mismo efecto.
Este dispositivo es accionado en forma manual, por medio de un molino o en tiempos modernos, con electricidad. Su uso es vital en las plantas de tratamiento de aguas residuales. Durante las emergencias (lluvias excesivas o inundaciones), hay mayor volumen de fluidos de lo que puede ser tratado con comodidad, entonces esos aparatos bombean el exceso a tanques vacíos o similares para reprocesarlos posteriormente.
Por otro lado, algunos modelos son capaces de realizar un primer filtrado rudimentario de los desechos más grandes que flotan en el líquido. Es una operación segura en la que no ocurren atascos, precisamente, por su sencillez.